Aprendiendo de Negocios

3/12/14

Tylorismo y Fordismo

Fordismo



Fue el empresario norteamericano Henry Ford quien, en respuesta al modelo de crecimiento económico de los Estados Unidos, que giraba en torno al mercado interno, empezó a diseñar en su mente las características que debía reunir el nuevo automóvil para el consumo de las masas. Consiste en una serie de innovaciones mecánicas, tecnológicas y organizativas que se articulan para lograr la producción en masa en un flujo continuo.


El fordismo se caracteriza por las siguientes cualidades;


  • La utilización de plantillas, moldes y matrices de función, que permiten obtener piezas  absolutamente idénticas.
  • La progresividad y coordinación en cuanto al movimiento de las piezas y de los subconjuntos dentro de la planta industrial.
  • La regulación del ritmo de trabajo de manera totalmente exterior al obrero por medio de la velocidad dada a la cinta que “pasa” delante de cada uno - que tiene un lugar fijo y tareas preestablecidas en la línea de montaje.
  • Productos destinados a un amplio mercado, solvente y en expansión.

Los trabajadores pasaron a ser considerados consumidores potenciales, para lo cual era menester aumentar su poder de compra y reducir los costos de producción.

Taylorismo


En las décadas de 1880 y 1890, en los Estados Unidos (país donde la escasez de trabajadores de oficio era quizá la amenaza más grave que se cernía sobre la industria manufacturera), Frederick Taylor logró con cierto éxito uno de los primeros intentos en la racionalización del trabajo y en el cronometraje de tareas (con la idea de reducir al máximo los denominados; tiempos muertos).


En lugar de una relación conflictiva con los trabajadores, postulaba considerarlos como sus amigos íntimos, estimulandolos a que realizaran el trabajo más intenso y calificado del cual eran capaces: a cambio de eso recibirían una paga proporcional a su rendimiento y esfuerzo. La llamada “organización científica del trabajo” está orientada a lograr una mayor economía de tiempo, con el objetivo de incrementar la producción, reducir los costos y los precios de los productos, apropiándose de los conocimientos y saberes productivos acumulados por los trabajadores industriales calificados.


Las técnicas y mecanismos propuestos para lograr la vigencia de esos principios y alcanzar los objetivos mencionados son numerosos, entre los que se destacan:


  • El estudio de los tiempos y movimientos de las tareas.
  • Instaurar dentro de los talleres y oficinas una acentuada división social y técnica del trabajo.
  • La estandarización de las tareas.
  • La asignación, por anticipado, de un números de tareas específicas a cada uno de los trabajadores.
  • La necesidad de individualizar el trabajo.
  • Un sistema de remuneraciones estructurado básicamente en función del rendimiento personal (equivalente salarial por cada unidad de mercancía producida).
  • El control y la estrecha supervisión de cada trabajador por parte de los supervisores o capataces, reduciendo su margen de autonomía.


Gracias a Taylor y a sus discípulos, la gestión de empresas pasó a ser considerada, desde fines del siglo XIX, una “dirección y administración científica”, sustituyendo los viejos métodos empíricos que dejaban a los trabajadores una gran margen de iniciativa en cuanto a la forma de organizar el proceso laboral.


Diferencias y similitudes entre taylorismo y fordismo



Si bien el fordismo retomó los principales conceptos del taylorismo, intensificando el trabajo, incrementando radicalmente la separación entre trabajo manual e intelectual, y profundizando la mecanización, implicó también otros cambios importantes respecto del taylorismo, que lo diferenciaron de manera sustantiva. Por su parte el fordismo significó la sustitución del trabajo manual de los artesanos y oficiales calificados por el accionar de máquinas - herramientas.


Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macchi.

Artículos Populares